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miércoles, 25 de enero de 2012

2012

Uy que caray, tan rápido llegamos al dos mil doce y ni tiempo de actualizar esta bitácora, en fin al mal paso darle prisa.

En relación al trabajo me hubiera gustado relatar de primera mano la entrevista chafa con uno de esos nuevos licenciados express de escuela patito: un par de psicólogos con no más lecturas que 3 libros de introducción a la psicología y un adiestramiento somero en psicología laboral, mediocre pero útil y concreto. La industria te quiere matado, no pensante, me dije al verlos.

Ya en la tienda (juguetron) los compañeros me dieron una bofetada de realidad por lo sencillos y nada pretenciosos ... y un wey que se va a recibir de ingeniero civil en el poli me enseño, una vez más, que no hay que ser ni bien hecho, inteligente o responsable para terminar una carrera. La que sea. Donde sea.

En fin, vi a mis compañeritos de trabajo el día martes de la semana pasada, el día veintitrés. Estaban ahí todos esperando el finiquito y pues fue la última vez que los vi y, hasta este momento, no he sabido más de ellos, ni del wey al que traté de agregar a fb.

A mi novia le fue bastante diferente: compañeros chéveres, más jovenes y medidas menos arbitrarias y molestas (mientras a nosotros no nos daban nuestro dinero de pasajes que corresponde cuando salíamos después de las 22:30, nos dejaron un horario de más de doce horas la última semana de trabajo que fue del 1 al 6 de enero y no nos dejaban salir de la tienda después de la 1 de la mañana obligandonos a dormir, ella sólo tuvo que trabajar sus horas, le compraban comida si se quedaba en la madrugada y le daban su ayuda de pasajes... debe ser por que ella estaba en el distrito federal y yo en el inmundo Estado de México.).

En fin, un inicio de año raro y ya me enferme dos veces, a ver como nos va.

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